ELVIRA LINDO
Otra Cenicienta
El País, 14/03/2010
No quiero ser original. Las personas que pretenden ser originales suelen ser una copia exacta de otras personas que quisieron ser originales antes. Alguien que es verdaderamente original no lo sabe. Originales fueron Thelonious Monk, Paul Klee, Chéjov, Pepe el de la Matrona, Chaplin o Giullieta Massina. Seres irrepetibles, que actuaron con total naturalidad dentro de su excelencia y a los que una no se cansa de mirar en las fotos, en las películas, de leer o de escuchar.
El editor de la web mundialmente popular Arts & Letter Daily, Denis Dutton escribió un ensayo sobre el instinto artístico (The art instinct) que supone una cura de humildad para los escritores que se arrogan como creadores de un argumento original y para esos críticos que afean una novela por tener una historia muy manida.
El señor Dutton afirma que sólo hay siete argumentos posibles en la literatura, a saber: la lucha contra el monstruo; de los harapos a la riqueza; el héroe que viaja para salvar a su patria y conseguir el amor de la princesa; el viaje a un lugar extraño y el regreso a casa; la comedia, donde reina la confusión hasta que todo encuentra su orden; la tragedia, donde el ser humano se extralimita y ha de enfrentarse a terribles consecuencias, y el renacimiento que tiene lugar tras un traumático aprendizaje. Haga la prueba, piense en cualquier libro, Robinson Crusoe, La Cenicienta, Hamlet, El patito feo, La importancia de llamarse Ernesto, Alicia en el País de las Maravillas, Cuentos de Navidad o nuestro Quijote, y advertirá que todas las historias encuentran su sitio en esta clasificación.
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