ENTREVISTA: ALMUERZO CON... SIMON COLTON
"Las máquinas dan signos de saber apreciar la pintura"
JAVIER SAMPEDRO, El País, 25/09/2010
Cuando llegamos al Café Saigón es la una de la tarde y allí no ha aparecido ni el aparcacoches. Simon Colton es de Londres, y él puso la hora. Tiene 37 años, y no los aparenta, pero es uno de los matemáticos y científicos de la computación más destacados de Reino Unido. Ha venido a Madrid para conmemorar los 70 años del British Council en España. Su especialidad es la creatividad, y rechaza con naturalidad mis chistes sobre la comida inglesa.
-La situación ya no es tan mala -dice-, ahora tenemos un montón de restaurantes de calidad en Londres; uno de mis favoritos es de cocina española.
-Vaya, ¿y cómo se llama?
-Barrafina, todo junto. Voy un montón.
Colton tiene buen apetito. Con el restaurante aún vacío, disecciona los rollitos y hace una exhibición con los palillos al atacar el crujiente de langostinos con pato.
-Aprendí en Hong Kong.
Junto a dos colegas del departamento de computación del Imperial College de Londres, Colton ha desarrollado un software que no solo pinta cuadros, sino que "muestra signos de saber apreciar la pintura". El programa se llama Emotionally Enhanced Painting Fool, o pintor idiota realzado emocionalmente (la traducción no hace justicia al original), y ha ganado un concurso de la Sociedad Británica de Computación al software que muestra "el mayor grado de progreso hacia la inteligencia de máquina", según las actas.
El científico es capaz de hablar a una velocidad de varios megas por segundo sin dejar de manejar los palillos con la derecha y reservando la izquierda para sacar de su cartera una variedad de iPods, agendas electrónicas y miniordenadores con los que se apoya para ilustrar sus explicaciones.
Al "idiota pintor" se le puede mostrar una cara que expresa alguna emoción: enfado, alegría, sorpresa y demás. El programa detecta la emoción, halla la posición de los rasgos faciales relevantes y empieza a pintar un retrato. Elige sus materiales -óleo, acuarela, car-bón-, sus colores y el nivel de abstracción de acuerdo con la emoción de la cara. Por ejemplo, si el gesto es de felicidad elige pinturas acrílicas, colores intensos y un estilo descuidado con los pinceles. Se pueden ver algunos resultados en www.thepaintingfool.com.
-El software se puede adaptar a tareas más abstractas; por ejemplo, le puedes pedir que pinte un artículo de The Guardian; primero lee el artículo, selecciona los pasajes más significativos y hace una ilustración que los representa.
-¿Y yo podría leer el artículo solo con mirar ese dibujo?
-Algún día, tal vez. ¡Mira!
-¿Qué?
-Que se ha llenado el restaurante; creo que ocurrió hacia las dos y media.
Ahora son las tres, y Colton tiene que preparar su charla. Su plan para el día siguiente es patearse el triángulo de oro madrileño. Pondrá el énfasis en la Thyssen, porque es un enamorado del arte moderno. Le recuerdo que el Prado tiene una docena de velázquez para quitar el hipo.
-¡Adoro a Velázquez! Es uno de mis pintores favoritos desde niño, cuando vi a su vieja friendo huevos. Lo pintó con 19 años, el tipo.
Algún día todos los matemáticos serán así.
El científico ha sido premiado por crear el 'software' más inteligente
-Vaya, ¿y cómo se llama?
-Barrafina, todo junto. Voy un montón.
Colton tiene buen apetito. Con el restaurante aún vacío, disecciona los rollitos y hace una exhibición con los palillos al atacar el crujiente de langostinos con pato.
-Aprendí en Hong Kong.
Junto a dos colegas del departamento de computación del Imperial College de Londres, Colton ha desarrollado un software que no solo pinta cuadros, sino que "muestra signos de saber apreciar la pintura". El programa se llama Emotionally Enhanced Painting Fool, o pintor idiota realzado emocionalmente (la traducción no hace justicia al original), y ha ganado un concurso de la Sociedad Británica de Computación al software que muestra "el mayor grado de progreso hacia la inteligencia de máquina", según las actas.
El científico es capaz de hablar a una velocidad de varios megas por segundo sin dejar de manejar los palillos con la derecha y reservando la izquierda para sacar de su cartera una variedad de iPods, agendas electrónicas y miniordenadores con los que se apoya para ilustrar sus explicaciones.
Al "idiota pintor" se le puede mostrar una cara que expresa alguna emoción: enfado, alegría, sorpresa y demás. El programa detecta la emoción, halla la posición de los rasgos faciales relevantes y empieza a pintar un retrato. Elige sus materiales -óleo, acuarela, car-bón-, sus colores y el nivel de abstracción de acuerdo con la emoción de la cara. Por ejemplo, si el gesto es de felicidad elige pinturas acrílicas, colores intensos y un estilo descuidado con los pinceles. Se pueden ver algunos resultados en www.thepaintingfool.com.
-El software se puede adaptar a tareas más abstractas; por ejemplo, le puedes pedir que pinte un artículo de The Guardian; primero lee el artículo, selecciona los pasajes más significativos y hace una ilustración que los representa.
-¿Y yo podría leer el artículo solo con mirar ese dibujo?
-Algún día, tal vez. ¡Mira!
-¿Qué?
-Que se ha llenado el restaurante; creo que ocurrió hacia las dos y media.
Ahora son las tres, y Colton tiene que preparar su charla. Su plan para el día siguiente es patearse el triángulo de oro madrileño. Pondrá el énfasis en la Thyssen, porque es un enamorado del arte moderno. Le recuerdo que el Prado tiene una docena de velázquez para quitar el hipo.
-¡Adoro a Velázquez! Es uno de mis pintores favoritos desde niño, cuando vi a su vieja friendo huevos. Lo pintó con 19 años, el tipo.
Algún día todos los matemáticos serán así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario